En esta nueva etapa de la maternidad, uno de los momentos que puede generar más dudas es la alimentación del recién nacido.
Después del nacimiento debes decidir qué tipo de alimentación le vas a proporcionar a tu bebé. Tanto si utilizas lactancia materna como lactancia de fórmula, desde Bebé Gadis queremos ayudarte a disfrutar de ese instante juntos sin preocupaciones y que se convierta en un momento de calma y tranquilidad, a través de consejos y recomendaciones que puedes aplicar.
Reconoce los signos de tu bebé cuando tiene hambre
Una de las primeras preguntas que surgen cuando se habla de la alimentación de un bebé suele ser “¿cuándo se le debe dar el pecho o el biberón?”. Cada persona es un mundo y cada mamá conoce a su pequeño más que nadie, pero queremos indicarte alguno de los signos más comunes que puedes detectar en tu bebé cuando tiene hambre:
- Está más inquieto de lo normal, como si estuviera incómodo.
- Realiza movimientos con la boca produciendo pequeños chasquidos e incluso utiliza sus manitas para chuparlas.
- Busca el pecho cuando esté en los brazos de alguien.
- Cuando el hambre es muy fuerte, el bebé utiliza el llanto como signo definitivo.
Alimentación de tu bebé con leche materna
La leche materna es un alimento importante para los niñ@s en las primeras etapas de su vida. Es un alimento de un alto valor biológico y nutricional. Está compuesto por más de 200 componentes y su constitución varía en función de la etapa de lactancia en la que nos encontremos, de la hora del día, del momento de la toma, del estado de salud del bebé, etc.
La Organización Mundial de la Salud, la Asociación Española de Pediatría y otras asociaciones científicas con gran peso tanto a nivel nacional como internacional, recomiendan la lactancia materna exclusiva los primeros 6 meses de vida e iniciar la alimentación complementaria y continuar con la leche materna, como mínimo hasta los 2 años o hasta que madre y el/la niño/a así lo consideren y siempre que sea posible hacerlo de esta forma.
La lactancia materna aporta una serie de beneficios a corto, medio y largo plazo para la salud maternofilial, ya que los protege a ambos de sufrir determinadas enfermedades a lo largo de su vida.
El inicio y establecimiento de la lactancia es un momento que puede ser complejo para algunas madres. El desconocimiento inicial, se une a los mitos de lactancia muy instaurados en la sociedad; es importante una buena información/formación previa al parto y durante el postparto inmediato. Conocer la técnica de lactancia y la valoración de la toma es fundamental para establecer la conexión adecuada entre mamá y bebé. No dudes en echar mano de tus profesionales de referencia, matronas, pediatras, enfermeras especialistas en pediatría para que te ayuden a resolver tus dudas.
La lactancia materna es a demanda, pero hay que asegurarse de que el bebé come cada 3 horas. Es importante conocer los signos de hambre y recordar que el llanto es un signo tardío. Se debe garantizar una ingesta adecuada de alimento además de una eliminación correcta de pis y caca.
La lactancia materna debe de ser un acto deseado y placentero para la madre y para el bebé; el dolor, las grietas, etc. son signos de alarma que indican que la lactancia no se está estableciendo de manera correcta, si esto se produce es importante que te pongas cuanto antes en contacto con tus profesionales de referencia para que te asesoren.
Con respecto a la posición en la que poner a tu bebé para que ambos estéis cómodos, cada mamá tiene su postura favorita y conoce cómo su bebé come mejor, pero si todavía no sabes cómo proceder, te ayudamos con algunas de las posturas más comunes y sencillas de realizar.
Recuerda, la postura es cómo te colocas tú y la posición es cómo está colocado el bebé.
Lactancia acostada
Esta postura es la primera que se utiliza tras el parto ya que estás acostada o reclinada. En este caso el bebé busca de forma instintiva el pecho y se agarra de forma que pueda mantenerse en esa posición. Es muy útil cuando tienes un pecho grande, si a tu bebé le molesta que le toquen la cabeza o incluso si no consigues que amamante en otra posición.
Además, para estar un poco más reclinada, puedes ayudarte de cojines o una almohada si te resulta más cómodo que acostarte totalmente.
Postura de cuna
Es una de las más comunes. En esta postura debes estar sentada y reposar a tu bebé en el brazo del mismo lado del pecho en el que va a alimentarse, colocando la cabeza del pequeño cerca del codo.
A veces puede resultar cómodo utilizar una almohada de lactancia, pero es importante que te asegures de que tu bebé no quede demasiado elevado. Lo adecuado es mantener los pechos en su posición natural.
Postura acostada de lado
Por las noches suele ser una de las posturas más cómodas, tanto para ti como para tu bebé. Solo tienes que tumbarte de lado en cama y de igual forma al bebé. Para que el lactante esté más cómodo, puedes utilizar tu brazo para mantener su posición o una manta enrollada colocada en su espalda.
Lactancia materna con portabebés
Cuando estás de paseo con tu bebé o haciendo tareas y ya es lo suficientemente mayor para que vaya en un portabebés, esta postura es muy útil para darle el pecho.
Es aconsejable que el lactante sea experimentado y que quede a la vista su rostro en todo momento para que no se produzca una presión excesiva contra tu pecho.
Qué beneficios tiene para tu bebé la lactancia materna
Existen infinidad de beneficios que puede proporcionar la lactancia materna, tanto a la mamá como al bebé. Por aquí te dejamos algunos de ellos:
- Es una forma de alimentar a tu bebé muy práctica, ya que puedes hacerlo dónde y cuándo lo necesitéis.
- La leche materna contiene oxitocina, de esa manera actúa como antidepresivo para ti. Además, ayuda a crear y favorecer un vínculo entre tú y el pequeño.
- Ayuda a que tu bebé tenga un menor riesgo de padecer enfermedades como alergias, infecciones estomacales, gases o diarrea, entre otras.
Leche de fórmula en la alimentación de tu bebé: qué debes saber
Si has decidido dar a tu bebé leche de fórmula, debes conocer la manera correcta de preparar un biberón, cómo administrarlo (también sería a demanda igual que la lactancia materna) y el tipo de leche a utilizar.
A diferencia de la lactancia materna, en el caso de la alimentación con leche de fórmula, hay otros aspectos a los que prestar atención:
En primer lugar, este tipo de leches están divididas en dos tipos: las de inicio y las de continuación. En este caso, tratándose de recién nacidos, la que debe importarte a la hora de alimentarlo, es la de inicio. No existe una única leche artificial que sea la correcta, sino que existen varias que tienen diversas características y que pueden adaptarse mejor a uno u otro bebé. Consulta esta información con tu pediatra o enfermera de pediatría.
En el mercado, se dispone de preparados de biberón en polvo y también líquidos. Los envases incluyen instrucciones para el preparado, y cada envase trae dentro un cacito que se deberá usar como medidor.
En cuanto al biberón, existen infinidad de modelos, al igual que de las tetinas. Lo más importante es que la tetina tenga un orificio adecuado por el que pase la leche para que el flujo de leche sea el ideal para tu bebé.
Acerca del agua, si se opta por agua sin tratar con desinfectante, deberá ser hervida un minuto (nunca más de 5 minutos, ya que concentra minerales). Si es agua de grifo tratada con desinfectante o agua mineral embotellada de mineralización débil, debe calentarse a 70º para reconstituir el polvo del preparado para lactantes.
Aquí te dejamos algunas pautas para la preparación del biberón:
- Lavado previo de manos.
- Tetina y biberón limpios, no es preciso esterilizarlos.
- Verter en el biberón la cantidad de agua caliente a 70ºC. Es importante calentar bien el agua para eliminar los posibles agentes patógenos con los que pueden estar contaminados los preparados.
- Como norma general, son 30ml de agua por cada cacito raso de preparado.
- Agitar, una vez que se añada el polvo, hasta disponer de un líquido homogéneo.
- Se recomienda preparar cada biberón justo antes de cada toma, pero se pueden preparar biberones para 24 horas y conservarlos en nevera. Después se deben calentar bajo un chorro de agua caliente o baño maría, ¡nunca en el microondas!
Una vez que tengas el biberón preparado, ¡ha llegado el momento de comer! Te contamos algunas recomendaciones:
- Lo primero que debes hacer es colocaros a ambos de forma cómoda. Sentado/a o con una postura erguida, es necesario que sujetes al pequeño con el brazo contrario al que vas a utilizar para sostener el biberón semi incorporado, nunca tumbado.
- Debes mantener la tetina siempre llena para evitar que tu bebé trague demasiado aire y aumente la probabilidad de sufrir gases.
- Es importante que lo mantengas tranquilo y atento para que disfrute del momento. Puedes hacerle mimos, darle caricias o hablarle con cariño para conseguir que se relaje.
- No fuerces el momento “comida”. La lactancia artificial, como la materna, es a demanda.
Debes tener en cuenta que lo más importante es que tu bebé tenga una alimentación adecuada que le ayude a crecer fuerte y sano, y sobre todo que ambos paséis un momento bonito y tranquilo.