Jean Piaget fue un psicólogo que destacó por sus estudios vinculados con la forma en que los niños/as adquieren conocimiento sobre la realidad. En su teoría de las 4 fases del desarrollo cognitivo explica como los niños/as se desarrollan desde su edad más temprana y cómo las personas que tiene alrededor pueden facilitar y estimular el desarrollo.
Existen cuatro etapas del desarrollo del pensamiento en los niños/as:
- Fase 1: Sensorio-motora (de 0 a 2 años).
- Fase 2: Pensamiento preoperacional (de 2 a 7 años).
- Fase 3: Operaciones concretas (de 7 a 12 años).
- Fase 4: Operaciones formales (12 años en adelante).
Etapa sensorio-motora (de 0 a 2 años)
En esta primera fase el bebé empieza a comprender e interactuar con el mundo, atraído por los estímulos que lo rodean, y dura desde su nacimiento hasta los dos años de edad.
Como su nombre indica, en esta etapa el bebé comienza a explorar e interpretar el mundo a través de las experiencias sensoriales y, después, de las motoras.
El bebé comienza a dar uso a todos sus sentidos. Va a tocar, oler, ver, saborear y escuchar todos los objetos que tenga a su a alcance. Si observas que tu bebé se lleva todo a la boca, significa que busca saber si es algo que puede comer o no y, si no para de tirar objetos, es porque está desarrollando su oído, percibiendo los distintos sonidos que provocan las cosas tiradas.
El niño/a también se descubre a sí mismo como objeto, su movilidad y las funciones de las partes de su cuerpo.
Cómo juegan los niños/as cuando todavía son bebés
Los juegos donde el niño/a experimente va a favorecer la articulación de su desarrollo cognitivo.
Esos juegos no tienen por qué ser complejos, incluso la mayoría de ellos los realizamos de manera involuntaria para entretenerlos. Un ejemplo es el famoso pasatiempo de “Cucú” donde el adulto se esconde tras sus manos y le pregunta al bebé donde está. Finalmente, cuando se destapa la cara dice “Cucú” para mostrarle al peque que no había desaparecido.
Esta simple actividad va a ayudar a que el niño/a desarrolle la idea de la permanencia, comprender que, aunque algo o alguien no esté al alcance de su vista, no deja de existir.
Jugar al escondite con objetos es una buena actividad para los/as pequeños/as que ya están terminando esta fase. Puedes elegir un objeto o juguete que el niño/a utilice con frecuencia y enseñárselo. Escóndelo y, posteriormente y delante de él/a, muéstrale como lo encuentras. Repite la acción de esconderlo, pero esta vez deja que sea el bebé quién lo encuentre.
Pensamiento preoperacional (de 2 a 7 años)
A partir de los tres años se considera que el niño/a pasa a una etapa pre-operacional.
Esta etapa empieza cuando el niño/a ha entendido la permanencia del objeto y además se produce un cambio importante en su vida: la escolarización. Con el inicio del colegio, tu peque vive por primera vez la experiencia de interactuar con personas fuera del núcleo familiar y con su mismo desarrollo cognitivo.
El niño/a, aunque seguirá teniendo un pensamiento egocéntrico, porque todavía cree que todos ven el mundo igual, comienza a conocer la capacidad de ponerse en el lugar de los demás. Desarrollará su empatía y la capacidad de interpretar roles.
Como consecuencia de la escolarización y la interacción con otras personas, su vocabulario se ampliará significativamente y, hasta los 7 años, desarrollará la capacidad de pensar las cosas a través del uso de números y siendo consciente de las relaciones y de la posición que ocupan las personas en su día a día.
Entre los 4 y los 7 años pasan por la fase de las preguntas. Sienten mucha curiosidad por saber cómo ocurren las cosas y el porqué de ello. Se denomina fase del pensamiento intuitivo.
Cómo juegan los niños/as cuando empiezan el colegio
El mundo simbólico va a estar presente en su interacción social. En los juegos de rol ficticio los niños/as van a imitar acciones que ven o imaginan y van a emplear los objetos que tengan alrededor y que asimilen con la tarea que están a representar.
Un ejemplo es el juego de las casitas, las familias o la medicina. Los niños/as representan escenas que tienen en su memoria con los juguetes u objetos que tengan a mano. Así, una hoja de un árbol puede resultar ser un billete con el que jugar a las tiendas y la plastilina comida de su cocinita. Cogen los comportamientos que ven en su día a día y los representan.
Fase de las operaciones concretas (de 7 a 12 años)
Esta nueva etapa está marcada por el uso de la lógica. Tu hijo/a ya empieza a pensar racionalmente, dejando la fase intuitiva, siempre que la situación sea concreta. El pensamiento abstracto todavía no está desarrollado.
En esta fase el egocentrismo desaparece de manera progresiva y se desarrolla por completo la empatía. Además, comienzan a poder centrarse en más de un estímulo.
Los niños/as empiezan a emplear operaciones matemáticas sencillas para estimular su pensamiento lógico. Comprenden el concepto de agrupar, pero sólo con objetos que conocen, los que imaginan siguen siendo algo desconocido para ellos.
Edad vinculada con la capacidad de jugar
Asociado a ese desarrollo en la lógica, los niños/as en esta fase comienzan a realizar juegos más complejos, que incluyen un período de asimilación y concentración para el desarrollo de la actividad. Comienzan a jugar con reglas y se interesan por juegos de mesa. A estas edades también se debería fomentar la lectura.
Fase de las operaciones formales (12 años en adelante)
La última fase se caracteriza por el desarrollo del pensamiento abstracto y la capacidad de tomar conciencia sobre la propia conciencia, es decir, autoanalizarse o tener conciencia sobre la propia muerte. Además, destaca la capacidad de resolver problemas y generar conclusiones abstractas a partir de la lógica.
Una vez pasada la etapa en la que se asume la empatía y el ponerse en el lugar de otro, con esta etapa el niño/a llega a comprender que existen formas de pensar distintas a la suya.
Es a partir de estas edades cuando los niños/as comienzan a realizar hipótesis propias sobre cosas que todavía no conocen.