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Cuidados del bebé

Primer año

Para viajes largos con niños/as pequeños/as es aconsejable llevar un botiquín en el que se incluya:
– Suspensión de paracetamol para la fiebre.
– Sobres para preparar solución de rehidratación oral por si presenta vómitos o diarrea.
– Crema para las picaduras.
– Tiritas.
– Desinfectante de la piel.
– Crema de protección solar de factor máximo y filtro físico.

La Asociación Española de Pediatría recomienda la inmunización contra el rotavirus, aunque en la mayoría de las CCAA no está incluida en el calendario vacunal. Protege contra uno de los tipos de gastroenteritis más frecuentes y que causan más complicaciones.

La vacuna se administra por vía oral con una diferencia mínima de un mes entre una y otra, la primera dosis debe administrarse antes de los 3 meses de edad y la pauta se completa antes de los 6 meses. Debe estar terminada su administración alrededor de los 6 meses.

Normalmente el pediatra te recetará unas gotas de antibiótico en colirio si es bacteriana, ajustadas a su edad ya que no todas se pueden aplicar desde el primer dí­a.
Limpiar los ojos con lágrima artificial o toallitas oculares, ayuda a resolver el problema, además del tratamiento antibiótico.

Si bien es cierto que las necesidades de hierro aumentan a partir de los 6 meses , solo los grandes prematuros ( nacidos antes de la semana 32 de gestación o con peso menor de 1.500g) van a necesitar un suplemento de hierro.
En los bebés prematuros tardíos o en los nacidos a término, será suficiente con priorizar alimentos ricos en hierro al inicio de la alimentación complementaria (fundamentalmente carne).

Se puede lavar la ropa con jabón normal sin problema. No obstante, es mejor utilizar un detergente para ropa delicada.

Para la limpieza del hogar se pueden utilizar los productos habituales, teniendo cuidado de que no entren en contacto con el bebé, y almacenarlos fuera de su alcance.

Las causas de mal aliento o halitosis son múltiples, en los bebés en ocasiones son debidas a que se han introducido un cuerpo extraño en la nariz, pero hay otras múltiples causas, como el reflujo gastro esofágico, enfermedades infecciosas, metabólicas, etc. Si el mal aliento es persistente debería ser objeto de consulta con su pediatra.

La mayoría de los bebés tienen cierto arqueamiento fisiológico en las piernas. Se considera una parte normal del crecimiento de un niño/a y de su proceso de desarrollo.

Cuando empieza a andar, el arqueamiento se puede incrementar un poco, pero luego se empieza a corregir. En cualquier caso, un arqueamiento excesivo debe ser objeto de consulta.

Se debe tener en cuenta que los bebés a edades tempranas no mantienen la atención durante mucho tiempo. Lo ideal es proporcionarle un lugar de juego tranquilo, sin ruidos bruscos. Puede ser un buen momento para ofrecerles objetos cotidianos (limpios y no peligrosos) que estimulen sus sentidos. También se puede aprovechar para introducir a los bebés en la lectura a través de cuentos interactivos.

Los bebés comienzan a masticar con las encías, normalmente, con 6 o 7 meses. Estos empiezan a masticar mucho antes de tener muelas.

Se puede bañar a los bebés recién nacidos desde la caída del cordón umbilical, antes de esto, no es recomendable ya que es contraproducente para que el cordón se seque y caiga. Los baños no tienen por qué ser diarios para los recién nacidos, estos pueden producirse cada dos o tres días y se pueden dar solo con agua o con champú o gel específico para bebés.

Pese a que no se bañe al bebé, es importante lavarle los genitales y culo con una esponja suave, agua y jabón al menos una vez al día.

La trona y la silla de paseo son complementos de la movilidad cuyo uso no es recomendable hasta que el bebé pueda mantener la postura sentado, esto suele suceder a los 6 o 7 meses de vida. El balancín, en cambio, se puede utilizar a partir de los 2 o 3 meses. La hamaca, desde el momento del nacimiento del bebé y el parque no es aconsejable hasta los 7 meses de vida.

Con un año los bebés suelen dormir 10-12 horas por la noche, y 1 o 2 siestas, una por la mañana más corta 1 hora y otra por la tarde de 2 horas, pero esto es solo orientativo, ya que cada bebé tiene sus ciclos de sueño.

El bebé establece contacto visual con su madre desde el mismo momento de su nacimiento. Al principio es breve, porque le resulta difícil mantenerse concentrado, y aprecia mejor los bordes de las cosas que la parte central o los detalles. Un recién nacido puede concentrarse en objetos situados a 20 ó 30 cm de sus ojos y especialmente los contrastes blanco-negro. A los dos meses, los bebés comienzan a detectar diferencias entre las caras y sobre todo aumenta notablemente su capacidad para detectar los detalles. A esta edad, ya ha aprendido a esperar movimiento y reacciones en las caras conocidas.

En torno a los 3 meses, sus ojos comienzan a coordinar, a trabajar juntos para moverse y enfocar al mismo tiempo lo que permite ver en 3 dimensiones, es decir apreciar la profundidad de campo de manera que puede seguir objetos con la mirada. Entre los tres y los seis meses, el bebé será capaz de anticiparse a la trayectoria de un objeto además de seguirlo. En lo que se refiere a los colores, al mes de vida es es sensible al brillo o intensidad de un color, y a los cuatro meses responde ya a todo el espectro.

Los bebés suelen comenzar a darse la vuelta solos a los 3 meses. Con 10 meses ya deberían realizar algún movimiento autónomo (arrastrarse sobre los glúteos, rodar…). Entre los 11 y 13 meses, la mayoría ya gatean.

De todos modos, si se percibe algún movimiento considerado “fuera de lo común” es aconsejable grabar al bebé y enseñar el vídeo al pediatra.

Ante un estreñimiento ocasional se le puede poner un supositorio de glicerina para lactantes. Si sigue lactancia natural y aumenta bien de peso, a veces se recomienda Eupeptina, una cucharadita de tamaño café por la mañana y por la noche, son sales de magnesio y masajear el abdomen del bebé en el sentido de las agujas del reloj.

Si ya está en alimentación complementaria se le debe ofrecer agua y asegurarse de que el bebé se está alimentando bien.

La sedestación consiste en aprender a sentarse solos. En la mayoría de los casos, esto ocurre a partir de los 6 meses de edad, pero en algunos niños/as puede ocurrir antes o después sin que ello signifique que existe un problema, si bien en el control de salud se revisa que los bebés alcancen determinados hitos del desarrollo psicomotor en función de la edad, así en el control de los 9 meses de edad, no tener una sedestación autónoma debe ser evaluado cuidadosamente por el pediatra.

La erupción dentaria produce enzimas inflamatorios en la saliva, que pasan al intestino y pueden provocar irritación perianal.
Para aliviarla conviene utilizar en el área del pañal una formulación en pasta al agua y mantener la zona lo más seca posible.

Durante un catarro o gripe es importante que el bebé lleve una dieta bastante líquida para conseguir que el moco no sea muy espeso y se pueda tragar con facilidad. Antes de acostar al bebé se le deben hacer lavados nasales e incorporarlo en la cuna.

Si está muy intranquilo o tiene llanto constante, al margen de administrar un analgésico (paracetamol) debería consultar con su pediatra.

Los dermatólogos pediátricos recomiendan no exponer al sol a los niños/as menores de seis meses. Después, de los seis meses al año la exposición al sol ha de hacerse con moderación y con un uso puntual de las cremas solares, sólo en las zonas libres de ropa.

En el resto de los casos se debe evitar la exposición entre las 11.00 horas y las 17.00 horas y utilizar cremas de protección solar para ir a la playa. Por otro lado, la Academia Americana de Pediatría recomienda cremas solares con factor de protección físico, es decir, formuladas con óxido de zinc o dióxido de titanio, considerados menos irritantes. La aplicación debe ser puntual, en las zonas donde la ropa no protege del sol: cara y manos. La piel tiene memoria.

El protector más sencillo y eficaz es la sombra y la ropa. La sombra de un día nublado no protege ya que los rayos ultravioletas la atraviesan y un bebé puede quemarse en unos 10-15 minutos.

Los espasmos del sollozo no tienen significado patológico. Ante su presencia el cuidador debe mantener la calma, hablarle con tranquilidad, observándolo y esperar a que ceda espontáneamente.

El término ictericia quiere decir coloración amarilla de la piel. Se produce por la acumulación excesiva de un pigmento de la sangre, llamado bilirrubina y que se origina por la destrucción de los glóbulos rojos. En los recién nacidos, la ictericia puede considerarse normal (fisiológica) si se mantiene dentro de ciertos límites y no dura más de unos pocos días o semanas.

Lo más habitual, con mucho, es que aparezca a partir del segundo día de vida y que el bebé sea dado de alta de la maternidad con la simple recomendación de seguimiento por su pediatra en los controles de salud. Esta ictericia no debe ser causa de problemas salvo que alcance cifras muy elevadas en cuyo caso debe tratarse con exposición a la luz (fototerapia).

En cualquier caso, si la ictericia es muy acusada, su pediatra le pedirá la analítica correspondiente para descartar la necesidad de fototerapia. Hay otras situaciones en las que la ictericia puede ser producida por enfermedades. Generalmente en estos casos, la coloración amarilla de la piel aparece en las primeras 24 horas de vida y suele detectarse ya en la maternidad, antes del alta, donde necesitarán recibir tratamiento, en algunos casos de la enfermedad causal y casi siempre de la propia ictericia .

La costra láctea se produce a causa de un desequilibrio del sebo, que se resuelve por sí solo con el paso de los meses.

En los casos más acentuados, la vaselina salicílica a una concentración adecuada prescrita por su pediatra suele ofrecer buenos resultados. También hay formulaciones comerciales. En cualquier caso consulta con su pediatra.

Las pequeñas ampollas, similares a quemaduras, en los labios de los bebés reciben el nombre de callos de succión. Estos son muy habituales en bebés alimentados mediante lactancia materna. No necesita tratamiento, la piel irá secando y la ampolla desaparece.

Se puede aplicar vaselina para que los labios del bebé estén bien hidratados y los callos no le molesten. De todos modos, para estar seguros de que se trata de un callo, es aconsejable llevar el niño/a al pediatra.

En principio las hernias umbilicales, a menos que sean muy importantes, no es necesario operarlas pues lo habitual es que se vayan cerrando poco a poco hasta los 4 años.

La operación es sencilla pero el consejo es esperar a menos que el pediatra diga lo contrario porque le parece demasiado grande.

Generalmente las fracturas y más cuando son de tallo verde solo suelen doler los primeros días por reacción del periostio, que es la membrana que recubre el hueso. Por lo que a las tres semanas el dolor cesará.

Si el corte o la herida es pequeño este no debería tardar mucho tiempo sin cicatrizar, ya que la piel de los niños cicatriza rápido. En la farmacia se pueden encontrar apósitos con forma dedal que pueden ayudar en caso de que la herida se ubique en los dedos o, si no se puede utilizar una gasa con esparadrapo, que es más adhesivo.

No es recomendable poner pendientes a los bebés, ya que estos no dejan de ser piercings y favorecen futuras alergias al níquel, componente presente en todos los pendientes independientemente de la calidad de estos.

Los niños que aún no caminan, no necesitan zapatos y si están aprendiendo, lo mejor es que lo hagan sin zapatos, sobre todo en una superficie cómoda, que no represente un riesgo. En cualquier caso, de utilizarlos, no deben tener la suela dura ni tobillera, y evitar que sean rígidos o que tenga taco, además de ser muy transpirables.

La experiencia del baño es en la mayoría de los casos muy confortable para los bebés, aunque puede parecer que están nerviosos. Se debe realizar en un ambiente de termoneutralidad (agua a unos 36ºC) y protegerlo adecuadamente sosteniendo la cabeza y espalda. Habitualmente tras el baño se produce una ligera somnolencia que hace que el momento más aconsejable para hacerlo sea antes de acostarlo.

Los bebés durante los primeros años de vida pueden tener molestias digestivas casi a diario, a causa de los cólicos u otros problemas.

Para reducirlas al máximo, lo ideal es ofrecer una dieta adecuada, (lactancia materna preferible a cualquier otra), ayudar a extraer los gases, manteniendo incorporado al bebé unos minutos tras las tomas y con golpecitos suaves en la espalda, por ejemplo.

Si le cuesta evacuar las heces, los masajes abdominales en el sentido de las agujas del reloj pueden ayudar a la correcta evolución del tránsito intestinal.

Cualquier bebé con sintomatología de irritabilidad o llanto con o tras las tomas, o a cualquier hora del día, debe ser evaluado por un pediatra en busca del origen de ese malestar, no dando por hecho de entrada que se trate de cólicos del lactante, aunque sí es lo más frecuente.

Desde los 15 días de vida se puede llevar a los bebés a la piscina climatizada, pero tiene que ser una piscina que tenga muy controlada la calidad del agua e idealmente higienizada con cloración salina. Dada la sensibilidad de los bebés en su primer mes de vida a la hipotermia, las piscinas no climatizadas no son adecuadas.

Los primeros dientes suelen salir entre los 6 y los 12 meses y, casi siempre, son los incisivos inferiores (los de delante y en el centro, abajo). No hay reglas fijas, como en tantas otras cosas del desarrollo del niño/a. Algunos niños/as pueden estar molestos y con ansias de morder.

Es importante recordar que es un hecho normal en el desarrollo del niño/a y no debería ser objeto de consulta, si bien en las revisiones del programa del niño/a sano/a el equipo de pediatría seguramente le anticipe este hecho y su manejo. En general de noche, si está muy molesto se le puede administrar una dosis de paracetamol, y por el día si pese a los estímulos de la vida diaria lo notan muy incómodo, mordedores o el chupete enfriados en la nevera en contacto directo con la encía deberían ser suficientes. No se deben aplicar geles sobre las encías.

Los cuadros catarrales de repetición son muy frecuentes en los primeros años de vida, cuando el niño está formando su inmunidad y suelen desaparecer progresivamente sin dejar secuelas.

No obstante, siempre debe descartarse la presencia de un cuadro de asma o de cualquier alteración favorecedora de los mismos.

Se debe desparasitar a la mascota siguiendo las indicaciones del veterinario. Nunca se debe dejar al bebé solo con la mascota sin supervisión directa.

Para ayudar al bebé a expulsar los gases por vía oral conviene que tras las tomas, momento en que mayor parte de aire pasa al estómago, se le incorpore durante unos minutos, en posición sentada sobre nuestras piernas, y levemente inclinado hacia delante, o posición erguida sobre nuestro hombro, y dar palmaditas suaves en su espalda puede ayudar.

Cuando los gases ya han pasado a los intestinos, los masajes abdominales en el sentido de las agujas del reloj, que son útiles también para ayudarles a defecar, ayudan al aire a transcurrir por el colon para ser eliminados, (más fácil con las piernas flexionadas sobre el abdomen).

Durante esta etapa el niño/a suele pasar por un proceso de socialización y separación de la madre que, en ocasiones le provoca llanto, preocupación, irritabilidad y pérdida del apetito.

Es recomendable ir acostumbrando al niño/a a la escuela infantil dejándolo menos tiempo al principio e ir alargando la estancia a medida que pase el tiempo. Casi todas las escuelas infantiles tienen un protocolo al respecto.

Casi todos los bebés en un momento u otro, utilizan la mordida como medio de exploración, ya que en los primeros meses de vida la boca es la principal forma de estimulación táctil. Se trata de algo normal en el desarrollo de las habilidades de la boca, que les permite posteriormente ser capaces de tomar alimentos sólidos.

Durante este tiempo los niños/as se llevan todo a la boca y lo chupan, como forma de exploración del entorno. Posteriormente, realizan otros movimientos con los labios o la mordida con las encías, para investigar. No obstante, en algunas situaciones lo realiza como respuesta a algo, como puede ser dolor o incomodidad, para ver la reacción de su madre…

Cuando un niño/a muerde a un tercero (por ejemplo la madre cuando lo amamanta) le produce dolor y esta información hay que transmitírsela al bebé, bien cambiando la expresión del rostro (de sonrisa a enfado), negando la acción cambiando el tono de la voz, etc. En general los bebés lo entenderán y no reiterarán la acción ya que tiene un refuerzo negativo.

Para no tener que despertar al bebé para cambiarlo durante la noche, se puede probar a poner un empapador debajo para no tener que cambiarlo y que no se desvele. De todos modos si el volumen de orina del bebé es desmesurado puede que sea necesaria una exploración pediátrica.

La mayoría de los niños/as desarrollan un patrón de sueño normal sin ninguna clase de ayuda, al igual que la gran mayoría aprende a caminar sin entrenamiento de ningún tipo. Durante los primeros 6 meses de vida los bebés se despiertan a menudo. Lo más probable es que sea para asegurar que se les alimente con frecuencia puesto que su crecimiento es muy rápido.

En general, los bebés que toman el pecho tardan más tiempo en establecer un patrón de sueño prolongado durante la noche, pero las tomas nocturnas son muy útiles para favorecer la prolongación de la lactancia materna, y debemos recordar que la Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia natural en exclusiva hasta los 6 meses de vida. Aquellos alimentados con fórmula artificial, posiblemente hagan pausas nocturnas más largas. Este es el modelo natural de desarrollo del ser humano.

Si el bebé se despierta y llora es preferible calmarlo primero en brazos, antes de devolverlo a la cuna, con gestos tranquilos. Siempre se debe atender al llanto del bebé. No hacerlo puede tener efecto perjudicial para el desarrollo del apego entre el bebé y sus progenitores.

Es importante conocer que al nacer, la punta de las uñas suele estar adherida a la piel del dedo lo que provoca que sea muy difícil cortarlas durante los primeros días sin que se haga una herida. Por ello es adecuado retrasar como mínimo, el primer corte con tijera de las uñas a los 15 o 20 días de vida. Mientras se puede emplear una lima fina de uñas (aunque resulta difícil conseguirlo, ya que las uñas son muy blandas).

Pasados esos primeros días se empleará una tijera pequeña de punta roma, cortándose las uñas siempre de forma recta y sin dejar picos en las esquinas que puedan provocar arañazos o que se claven en la piel del dedo. Posteriormente se puede repetir, cuando los padres las vean largas.

Hoy en día, en casi todos los casos, se sabe por anticipado con qué peso y con qué edad gestacional (si es cuando le corresponde, antes o después) va a nacer un bebé, con lo que la elección de la talla de ropa se facilita.
No obstante, para hacerse una idea, un bebe nacido a término (entre las 37 y 42 semanas de edad gestacional) pesará entre 2,5 y 4,5 kg, medirá entre 46 y 54 cm y tendrá un perímetro cefálico de entre 32 y 37 cm. Las medias son:
– Peso medio 3,5 kg.
– Talla media 50 cm.
– Perímetro cefálico medio 35 cm.

Las regurgitaciones son frecuentes en los primeros meses de vida y habitualmente no requieren ninguna intervención médica, cuando producen síntomas (llanto importante, vómitos, extensión del tronco, o afectan al crecimiento) se debe consultar con el pediatra que valorará la intervención adecuada. Independientemente de ello, algunas medidas sencillas pueden ayudar:
– Elevar la cabecera de la cuna unos 10-20 cm para evitar los episodios de reflujo cuando esté durmiendo.
– Mantener erecta y quieta durante 5-10 minutos después de cada toma.

La plagiocefalia postural es una deformidad de la cabeza de los bebés causada por la presión que reciben al estar permanentemente apoyados en el mismo sitio. A raí­z de las recomendaciones realizadas hace unos años de que los bebés debí­an dormir boca arriba para evitar la muerte súbita del lactante, su incidencia ha aumentado mucho.
Para evitarla son necesarios los cambios posturales para modificar el punto de apoyo, siempre respetando el consejo de que no deben posicionarse boca abajo.
Si se nota que el bebé tiene la cabeza deformada, debe consultarse al pediatra que debe descartar que esta deformidad sea debida a otras causas patológicas, como la tortí­colis congénita o al cierre precoz de suturas craneales.

La normativa de seguridad indica que en el grupo 0 (hasta 10kg aproximadamente), las sillas se colocan en sentido contrario a la marcha. En caso de los capazos deben colocarse en los asientos posteriores, en posición horizontal y transversal a la marcha, idealmente en los asientos traseros.

Hasta la caída del cordón umbilical es mejor no cubrir el ombligo con el pañal. Una vez cae el cordón y cicatriza la herida, no hay problema en tenerlo tapado.

La posición más adecuada es el decúbito supino, (tendido boca arriba). Se debe evitar tapar al bebé por encima de los brazos y no se deben poner juguetes o almohadas en su cuna. El exceso de abrigo también debe evitarse.

Solo es necesario cubrir la cabeza del bebé cuando no está a la sombra o si hace mucho frío. Si es época de verano y el bebé está a la sombra, el gorro no sería necesario.

Durante los primeros meses de vida es normal que los bebés adopten el balanceo para conseguir dormirse. Lo único que se debe hacer en estos casos es colocar protectores en los barrotes de la cuna para evitar que se hagan daño.

A esta edad el mejor estímulo es coger al bebé y hablarle o cantarle suavemente y de cerca.
Cualquier ruido, color, luz…todo son estímulos por lo que no se requieres una estimulación excesiva. Con comunicarnos con ellos es suficiente. A medida que bebé madure, será más sencillo comunicarse con él, hacia los dos meses o antes, comienzan a vocalizar y tener sonrisa social. Los sonidos armónicos no estridentes, suelen gustarles. Para la estimulación motriz es muy favorable el movimiento libre (dejar al bebé en una mantita en el suelo y dejarlo jugar, sentarse, girarse ,etc.).

Otra actividad estimulante es la piscina, pero extremando las precauciones, siempre bajo supervisión directa y con el agua a una temperatura adecuada.