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Etapas del embarazo

Segundo trimestre

Hay algunas situaciones específicas en el embarazo, en las que podría estar recomendado un suplemento de calcio, por ejemplo si existe riesgo de padecer hipertensión o en embarazadas adolescentes. Pero en la mayoría de las mujeres, las necesidades de calcio se pueden cubrir con la alimentación.
Así, cubriríamos las necesidades diarias de este mineral con 1 taza grande de leche (300ml) + 2 yogures + 100g de queso fresco de Burgos. Otros alimentos muy ricos en calcio son las conservas de pescado (caballa, sardinillas o anchoas), los frutos secos (almendras, avellanas), los higos secos, el chocolate con leche, verduras como los grelos (aunque el calcio que hay en la verdura se absorbe con más dificultad).
De todas formas habla con tu obstetra o matrona, te controlan habitualmente y pueden valorar mejor si necesitas algún otro suplemento.

Para la expulsión de los gases se puede recurrir a infusiones de poleo menta y a pastillas naturales de anís e hinojo. Además, para evitarlos, procura comer lentamente y masticar muy bien.

Estos pueden darse por bajadas de tensión o de azúcar pero no son normales. Debes consultarlo con tu ginecólogo para que descarte posibles patologías.

En el segundo y tercer trimestre del embarazo las técnicas de estimulación prenatal se realizan directamente para trabajar las capacidades emocionales y sensoriales del feto, y se trabajaría la estimulación de los sentidos del bebé.
A las 16 semanas de gestación, el feto ya puede percibir luces brillantes, con lo cual se puede comenzar la estimulación visual.
Al cuarto mes ya están bien desarrollados los sentidos de tacto y gusto del bebé.
Y, a partir del quinto mes, se comenzará con las técnicas auditivas.

Lo recomendable es alternar los ejercicios. Trabajar un día algún ejercicio táctil y realizar un masaje, y otros días emplear técnicas auditivas o visuales; así se debería ir combinando según consideremos, sin perder de vista que el estímulo más relevante es comunicarse con el bebé, hablarle y mandarle mensajes positivos sobre la espera. Asimismo, es crucial crear un clima adecuado, tranquilo, feliz y agradable en la familia.

– Técnicas visuales de estimulación prenatal:
Juegos con una linterna. Con la linterna encendida, acércala y aléjala de la tripa. También puedes hacer movimientos suaves para que el bebé pueda seguir la luz.
Destaparse la barriguita unos segundos para tomar el sol.

Con estos ejercicios se trabaja la estimulación cognitiva, se estimula la retina ocular con el fin de que se vaya adaptando a la luz, y se le prepara para el nacimiento porque se trabaja para que distinga entre la claridad de fuera de la tripa y la oscuridad que existe en el vientre. También se estimula su curiosidad y la atención.

– Técnicas auditivas para estimular al feto:
A partir del quinto mes el oído reacciona a la voz de la mamá. En este sentido, hay estudios de los años 80, como el del psicólogo Anthony De Casper, que corroboran que antes de nacer el niño tiene ya la capacidad de percibir y recordar sonidos del habla y de reconocer un relato que ha oído repetidas veces desde el útero. Por tanto, para estimular la audición se pueden realizar distintas actividades:

Escuchar música a un volumen adecuado ayuda a que el feto conecte con el mundo exterior, y a fomentar el aprendizaje y el desarrollo del intelecto.
Dependiendo del tipo de música el bebé se comportará de una manera u otra. «Escuchar música suave lo tranquiliza, la instrumental es la más aconsejable; la música barroca aumenta la concentración y la música más intensa, por ejemplo rock, le excita», asegura la psicóloga Rosa Granero.

Hablar con el bebé varias veces al día, por ejemplo, por la mañana y por la noche, y un tiempo más dilatado después de comer. Esto estimularía los sentidos, además de desarrollar su inteligencia y trabajar el vínculo afectivo. «Hablarle al bebé de lo querido y esperado que es y transmitirle que se le espera con cariño y que es una llegada deseada, le va a repercutir positivamente en el desarrollo, en la inteligencia, sobre todo emocionalmente; además se va a tener un bebé más tranquilo», puntualiza la experta.

Escuchar sonidos de la naturaleza. La mayoría de las veces la rutina del día a día nos priva de sonidos de nuestro entorno. Ser consciente de los sonidos y los silencios ayuda al feto a conectar con el mundo exterior, de tal manera que cuando nazca la adaptación será más sencilla. Es una preparación al nacimiento.

– Técnicas para estimular el tacto del feto:
Acaricia la barriga con las palmas de las manos.
Toca la barriga con los dedos en distintas posiciones.
Masajea la barriga con los nudillos mediante movimientos circulares.
Juega con el bebé. Cuando el bebé da una patadita se le puede contestar presionando suavemente en la zona donde ha dado el golpe. Así se crea una interacción, y además se trabaja el vínculo.
Utiliza distintas texturas, pasar un cepillo de cerdas o un pincel suave.

– Técnicas para estimular el gusto del futuro bebé:
Se ha observado que el feto es capaz de distinguir distintos sabores. De hecho, hay estudios que demuestran que el bebé reacciona al gusto de las sustancias del líquido amniótico.

– Técnicas motoras de estimulación fetal:
Con estas técnicas se trabaja sobre todo el equilibrio mediante las diferentes posturas corporales de la madre, y la percepción y discriminación del movimiento, para que el bebé sea capaz de diferenciar cuándo la madre está en movimiento y cuándo parada.

Se considera normal que haya molestias leves pero no dolores fuertes. A veces son solo por el estiramiento del ligamento uterino o dolores de origen renal por compresión o muscular debido a que los músculos del abdomen deben ceder para que la barriga crezca con normalidad. Si estos son fuertes debes consultarlo con tu ginecólogo. Se debe descartar además a presencia de actividad uterina.

A partir del quinto mes de embarazo ya se suele empezar a sentir un movimiento leve del feto. Al principio estos movimientos son poco frecuentes, pero a medida que avanza el embarazo estos se harán más habituales.

Esto varía según la técnica de la ecografía, el desarrollo del bebé y la calidad del ecógrafo, pero normalmente se puede saber el sexo del bebé entre el 4º y 5º mes de embarazo. En alguna ocasiones, incluso se puede saber en el tercer mes, pero difícilmente antes de las 8 – 10 semanas.

La barriga suele hacerse más evidente a partir del 5 mes de embarazo. Es normal que durante el segundo trimestre no sea muy perceptible, todo depende de la complexión de la mamá.

El parvovirus B19, cuando infecta a una embarazada no inmune, puede llegar a causar complicaciones muy graves (abortos, anemia fetal, miocardios, etc.). Las complicaciones se suelen producir si la infección se produce entre las 13 y 16 semanas de embarazo.