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Complementos para el bebé

Juguetes

El uso de flotadores y manguitos en los baños de los niños/as en la playa o piscinas son un sistema de seguridad infantil más que un juguete, y puede complementar al principal elemento que nunca debe faltar, que es la vigilancia continua de un adulto.
Estos mecanismos pueden fallar o no ser bien utilizados y no sustituyen a la vigilancia por parte de los cuidadores.
Para usarlos se debe asegurar que cumplen con la normativa vigente (normalmente lo especifican en el envoltorio) y que se utilizan correctamente según las instrucciones.
Hay que confirmar que el niño/a se encuentra dentro del rango de edad para el que están destinados y también que cumple con el peso para el cual está previsto el sistema.
En cuanto a los juguetes que se utilizan en la bañera (patitos de goma, etc.) se deben limpiar y secar frecuentemente para evitar la formación de hongos (desinfectarlos con lejía periódicamente, si es posible).
Si no se consigue limpiar bien el juguete es mejor sustituirlo.
No se debe dejar sin supervisión al niño/a en la bañera, ni bajo la supervisión de un hermano no adulto, tanto esté utilizando juguetes en ese momento como si no lo está haciendo.

A la hora de proveer juguetes para los niños/as es importante obtener juguetes de confianza, principalmente los obtenidos en tiendas físicas de juguetes de nuestro país pues cumplen con la normativa vigente.
Los juguetes deben tener el marcado CE y cumplir con la normativa de la Directiva 2009/48/CE sobre la seguridad de los juguetes.
A la hora de elegir el juguete adecuado a la edad, es importante consultar las especificaciones del fabricante, pues la edad no solo indica cuan seguro es ese juguete para el niño/a sino si está pensado para su desarrollo en cada etapa.
Es importante no ofrecer piezas pequeñas a los menores de 36 meses por el riesgo de asfixia.
El manejo de las pilas, especialmente las pilas de botón, también es importante porque en caso de que el niño/a ingiera una pila de botón puede quedarse pegada al esófago y liberar allí el material tóxico del cual se componen pudiendo producir heridas muy graves incluso perforación esofágica.
Si el juguete es de madera, hay que revisar que no contiene astillas. Si contiene pintura o barniz, asegurarse que no es un componente tóxico.
Si el juguete está roto es mejor deshacerse de él ya que todas las medidas de seguridad que tienen podrían estar afectadas.
Deben evitarse los juguetes que realizan demasiado ruido (petardos), porque pueden dañar el oído del niño/a.
Hay juguetes especialmente peligrosos como los proyectiles (daño ocular principalmente), flechas o dardos (deben tener puntas blandas de corcho o ventosa de goma).
Los globos también suponen un riesgo de asfixia para los más pequeños.
En cuanto a los juguetes para bebés, los sonajeros, juguetes que se aprietan y mordedores deben tener un tamaño lo suficientemente grande como para que no quepan en la boca del niño/a y así evitar que se ahoguen con ellos, y deben ser de fácil limpieza y materiales no tóxicos.
Y lo más importante es que el juego del niño/a siempre está supervisado por un adulto, ya que a veces los niños/as les dan a los juguetes usos inesperados (se suben encima de ellos, los lanzan, se los introducen en la boca, etc.)

Los juguetes de los niños/as, especialmente los de los bebés, deben mantenerse limpios en la medida de lo posible.
Los peluches deben lavarse en lavadora si es posible, porque son una fuente de polvo si no se hace, y es especialmente perjudicial para los niños/as que tienen alergia a los ácaros del polvo.
Los juguetes de plástico que se puedan mojar se pueden lavar con agua y jabón. Si se observan manchas negras pueden haberse infectado con hongos y en ese caso habrá que utilizar lejía para su desinfección (o desinfectantes que actúen contra los hongos y que no sean tóxicos para el bebé).
Los juguetes que no se pueden lavar, se deben intentar limpiar con un paño húmedo.
No es necesario esterilizar los juguetes que se ofrecen al bebé, pues cuando un bebé manipula el juguete, sus manos tampoco son estériles, contienen flora y bacterias que no forman parte de la flora.