Cualquier sangrado vaginal durante el embarazo es motivo de alarma y debe ser consultado con la matrona u obstetra.
Estas son algunas de las recomendaciones que se deben seguir durante el primer trimestre:
Alimentarse de manera saludable.
Hacer vida normal.
Evitar deportes extremos.
Descansar cuando te lo pida el cuerpo.
Cuando se está embarazada, son comunes las pequeñas pérdidas al principio de la gestación pero es aconsejable consultarlo con el ginecólogo si estas persisten.
El inicio de movimiento del feto varía en cada caso, pero lo normal es que se noten claramente en la semana 20 de embarazo.
Durante el embarazo solo se recomienda tomar analgésicos habituales (paracetamol).
Alrededor del 20% de las embarazadas presenta en la primera ecografía un hematoma retroplacentario. Estos hematomas se producen por acumulación de sangre entre la placenta y la superficie endometrial que es la capa del útero en la que se implanta la placenta. Aparecen al producirse pequeños lagos de sangre en el interior de la cavidad endometrial, entre la capa más superficial del útero y el tejido propio del embarazo.
Estos hematomas, no suele estar acompañado de dolor abdominal y el sangrado puede ser variable incluso puede no presentarse. En general, los hematomas intrauterinos no suelen provocar la pérdida del embarazo. En la mayoría de los casos, haciendo reposo los hematomas se reabsorben y desaparecen espontáneamente, aunque dependiendo del tamaño variará el tiempo que tardará en reabsorberse.
Ante la presencia de un hematoma, como medida preventiva el embarazo se considera de alto riesgo y se realiza un control intensivo para valorar la evolución del mismo. Debe realizarse una ecografía para valorar el estado del embrión y comprobar si la causa es un hematoma uterino. En el caso de no haber sangrado, el hematoma se detecta en la ecografía de control.
Mantener una buena hidratación y consultar al obstetra o matrona si no hay tolerancia oral, si existe fiebre o no cede, cualquier infección intestinal puede dar lugar a contracciones.
Los primeros meses es normal estar muy cansada y tener sueño. Si esta situación se alarga más allá del 1º trimestre, se debe consultar con el ginecólogo/a.
Cuando se produzca dolor de cabeza durante el primer trimestre, se debe tomar la tensión arterial para asegurarse de que no se trata de hipertensión, que a veces es una complicación del embarazo y debe ser controlada.
Si la tensión es normal, el dolor no es preocupante. Se puede tomar un analgésico suave para mejorarlo.
Si persiste se recomienda revisión obstétrica.
Este fenómeno ocurre desde el inicio del embarazo, consiste en una mala implantación primaria.
A partir del segundo o tercer mes ya es posible escuchar el latido del corazón del bebé.
Para aliviar las nauseas en las fases iniciales del embarazo se recomienda el jengibre, la camomila y la vitamina B6. Para prevenir la acidez se recomienda la evitar exceso de grasas, picantes, alimentos precocinados. Se realizaran comidas pequeñas y ligeras, verduras preferentemente cocidas, antes de levantarse ingerir tostada o galleta rica en fibra que absorba el exceso de acido gástrico. Se pueden tomar antiácidos consultando al obstetra o matrona.
Para prevenir la lumbalgia, se recomienda realizar ejercicio regularmente durante el embarazo. Muy recomendable el ejercicio en el agua. También puede recurrir a la fisioterapia, las fajas de sujeción y la acupuntura. Existe un tratamiento médico basado en antiinflamatorios y vitaminas del grupo B, debes consultar a tu obstetra. Y, además se pueden tomar una serie de medidas para paliar sus síntomas, que te aconsejará tu matrona. Entre otros:
– Sentarse con la espalda erguida y las piernas estiradas.
– Cambiar de postura cada cierto tiempo.
– Usar calzado cómodo, con poco tacón.
– Levantarse frecuentemente y pasear un poco.
– Evitar permanecer de pie o quieta durante mucho tiempo.
– No realizar esfuerzos ni movimientos bruscos.
– Controlar el peso según las recomendaciones ginecológicas.
– Aplicar calor seco en la zona.
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