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Nutrición de la mamá

Suplementos y vitaminas

Una vez concluida la lactancia materna, las necesidades vuelven a ser las de antes del embarazo y se suplen perfectamente con una dieta variada y equilibrada, que es la fuente natural de vitaminas que todos necesitamos.

Lo habitual durante el embarazo es tomar suplementos de ácido fólico y hierro, es decir vitaminas del grupo B y minerales. Se recomienda que las embarazadas tomen un suplemento diario por vía oral de hierro y ácido fólico con entre 30 y 60 mg de hierro elemental y 400 μg (0,4 mg) de ácido fólico al día. Lo prescribirán tu matrona o médico de familia.

Durante la lactancia es importante llevar una alimentación equilibrada, rica en calcio y beber mucha agua. Si durante el embarazo se ha tenido falta de hierro, el obstetra puede recomendar la ingesta de suplemento de hierro durante una temporada.

El acido fólico es indispensable durante el embarazo para prevenir los defectos del tubo neuronal (aunque se relación también con otros defectos como el bajo peso, anemia macrocítica, megaloblástica, etc.). Idealmente, debe empezar a consumirse antes de quedarse embarazada (alrededor de un mes antes). Independientemente de la dieta, debe tomarse un suplemento farmacológico que no tiene efectos secundarios relevantes.

Los alimentos con mayor contenido de calcio son la leche y sus derivados. Otros alimentos como los huevos y las legumbres también aportan calcio en pequeñas cantidades.

Los alimentos ricos en hierro que se pueden ingerir durante el embarazo son las carnes rojas, las legumbres, las verduras de hoja verde y los frutos secos, y es bueno acompañar la fuentes de hierro vegetal con una fuente de vitamina C.